viernes, 14 de junio de 2013

Oniria


Sin palabras me quedo ante el poder del subconsciente. Menudo mecanismo el que guardamos en esos centímetros cúbicos que descansan sobre nuestros hombros. Aún le doy vueltas al sueño de anoche y cada vuelta que le doy descubro una nueva asociación, un nuevo por qué.Tan sólo fue necesaria una pequeña visita a urgencias y una incómoda casualidad para que se desarrollara esa mezcla de ideas, de sentimientos y de deseos en una mente desconectada.

Oniria le gana la partida a insomnia después de una lucha de casi dos horas, me sumergo en ella y me veo de nuevo de blanco, en ese lugar donde he pasado tanto tiempo trabajando. Una guardia. La incertidumbre y la ansiedad que me ha generado en los últimos días este lío me hace que sueñe con eso. Las ganas, mi síndrome de abstinencia...
Me acompañan tres personas más. Ella, que ya sólo la veo como rival en lo profesional, Él, un grande, un maestro, con la experiencia a sus espaldas y el cariño en los brazos y un alumno. ¿Se ha dado cuenta mi subconsciente de que me encanta tener alumnos? Aunque sea yo la que aprenda de ellos. ¿O será por mi duda de volver a serlo?
Ahora que pienso... ¿3 enfermeros en una guardia? En Oniria no hay recortes, no ha llegado la crisis!

Salgo a la sala de espera, está a tope y hay que hacer triaje. Guiño de mi subconsciente a ese detalle que vi en mi visita a urgencias y que me sorprendió. Algo que jamás había visto hacer a alguien como él en ese lugar . Y mientra lo hago llega una amarilla, no la reconozco, no reconozco a ninguno, no me conocen. Dos rostros borrosos. Sí, quizás esa incómoda casualidad de encontrarme anoche en urgencias con la única amarilla que no quiero ver (por lo menos ciertos dias) tenga algo que ver...

Me despierto. 4:55. Insomnia viene de nuevo a mi, me hacer pensar en ese sueño, me hace levantarme y escribir en una libreta esta entrada. Necesito hacerlo ahora, quizás mañana ya no recuerde el sueño.